Hace dos años expuso sus fotografías en el Salón de la Plástica Mexicana al lado de prestigiosos artistas de ese país y próximamente su obra será expuesta en Nueva York.
El dueño de Bola, Enrique Villaseñor, una o dos veces por semana le coloca sobre el lomo un dispositivo con una pequeña cámara. El perro sale a su paseo habitual, y mientras observa el mundo, el dipositivo se dispara en forma aleatoria y automática. De ese modo, sus juegos con otros perros, sus paseos, y sus árboles preferidos dejan su impronta en los negativos. El revelado -que no lo realiza Bola- se hace sobre el negativo completo, sin recortes ni retoques. La mayoría de las fotos de la perrita no son buenas, pero otras son piezas de exposición. A fin de cuentas, lo mismo le sucede a los fotógrafos profesionales.A pesar de que Bola saca fotos muy interesantes, tiene algunos problemas para escribir su nombre, por lo cual en la solicitud de inscripción de la bienal tuvo que poner su patita entintada. Sus obras más recientes pueden verse en Internet, lo mismo que su currículum y el de su amo (también fotógrafo) en la página "Mirada de perro".
guau
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